Hace ya varios meses hablaba en este mismo blog sobre el continuismo, y lo peligroso que resultaba tener un títere en el poder . Ya doña Laura lleva varias peladas y todo parece indicar que en este país el que manda es don Oscar.
La pasividad con que la presidenta ha asumido situaciones de verdadera crisis deja mucho que desear sobre su verdadera capacidad para gobernar el país -pero sobre todo de que ella verdaderamente sea la que gobierna-.
La salida de la ministra de Salud Maria Luisa Ávila me sorprende y entristece porque perdemos una mujer de decisión y una funcionaria en la que se puede confiar. Todos podemos ver que doña Maria Luisa tiene una visión muy acertada de lo que un ministro debe hacer; lástima que nuestra presidenta quiera irse para otro lado, como dicen por ahí, donde manda capitán no manda marinero.
La ministra decide renunciar porque "... hay una diferencia de criterios en lo que debe ser el manejo de la crisis de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS)..."(La Nación, 2011) y esto preocupa, porque ¿quién más para manejar una crisis de salud pública que una pediatra graduada de la UCR que ha laborado en hospitales públicos?
Doña Maria Luisa proponía una intervención a la CCSS : "... había hablado con la señora presidenta, le había dado la sugerencia y hasta le recomendé al viceministro de Salud, Mauricio Vargas, que es un especialista en gestión de servicios de salud..." pero al parecer doña Laura es "de otro criterio": crear una comisión -como si en el país no sobraran las comisiones y como si las comisiones sirvieran para algo-.
¿Qué tienen que hacer en una comisión para estudiar la crisis miembros de la actual junta directiva de la CCSS, o peor aún, miembros de la anterior?
A mi parecer una investigación la debe llevar a cabo un ente que conozca la situación pero que sea ajeno a ella. Es muy fácil tapar las cochinadas cuando el investigado es el que investiga.
Dicen que cuando el río suena es porque piedras trae, y para nadie es un secreto que las señales de alarma empiezan a sonar por doquier.
La pasividad con que la presidenta ha asumido situaciones de verdadera crisis deja mucho que desear sobre su verdadera capacidad para gobernar el país -pero sobre todo de que ella verdaderamente sea la que gobierna-.
La salida de la ministra de Salud Maria Luisa Ávila me sorprende y entristece porque perdemos una mujer de decisión y una funcionaria en la que se puede confiar. Todos podemos ver que doña Maria Luisa tiene una visión muy acertada de lo que un ministro debe hacer; lástima que nuestra presidenta quiera irse para otro lado, como dicen por ahí, donde manda capitán no manda marinero.
La ministra decide renunciar porque "... hay una diferencia de criterios en lo que debe ser el manejo de la crisis de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS)..."(La Nación, 2011) y esto preocupa, porque ¿quién más para manejar una crisis de salud pública que una pediatra graduada de la UCR que ha laborado en hospitales públicos?
Doña Maria Luisa proponía una intervención a la CCSS : "... había hablado con la señora presidenta, le había dado la sugerencia y hasta le recomendé al viceministro de Salud, Mauricio Vargas, que es un especialista en gestión de servicios de salud..." pero al parecer doña Laura es "de otro criterio": crear una comisión -como si en el país no sobraran las comisiones y como si las comisiones sirvieran para algo-.
¿Qué tienen que hacer en una comisión para estudiar la crisis miembros de la actual junta directiva de la CCSS, o peor aún, miembros de la anterior?
A mi parecer una investigación la debe llevar a cabo un ente que conozca la situación pero que sea ajeno a ella. Es muy fácil tapar las cochinadas cuando el investigado es el que investiga.
Dicen que cuando el río suena es porque piedras trae, y para nadie es un secreto que las señales de alarma empiezan a sonar por doquier.