8/11/11

El paquetazo Fiscal

Tenía ya un buen rato de ponerme los guantes y escribir alguna cosa - culpa del trabajo, la U y otras tantas cosas que se le comen la vida a uno - pero es que la verdad este cuentito del Plan Fiscal me tiene malo malo - como diría mi tío.

El gobierno y el PAC-quetazo- lo defienden a capa y espada pero la oposición lucha aguerridamente contra el. A este bloguero no le quedó más remedio que aplanchar nalga por unas horas para opinar con criterio y no llegar, como quien dice, a pelarse el nance.

La cuestión es que en tiempos en donde la cosa no da para más, al gobierno de doña Laura - sí, ese mismo que muchos y muchas defendieron y este bloguero cuestionó- se le ocurre la genial idea de cubrir su ineptitud en temas de recaudación fiscal con un nuevo paquete de impuestos que sin duda alguna viene a pasearse en los más pobres.

En el plan fiscal hay impuestos de todos los colores y sabores. Para los ricos y para los pobres - aunque hay más para nosotros los que la sudamos fuerte-.

El problema acá es que si bien es cierto una reforma fiscal es necesaria -si no lo hacemos la economía del país podría volverse insostenible-, el enfoque de llevarse entre las patas a los pobres no es el adecuado.

Acá lo que debe hacerse es aumentar la recaudación fiscal, porque la receta de aumentar los impuestos ya se aplicó una vez y no sirvió para nada - de lo contrario no estaríamos ante una nueva reforma-. Se necesita mano dura contra los evasores y cobrarle a los ricos como ricos y a los pobres como pobres -un plan progresivo-. No es cuestión de pedir más plata sino de cobrar la que los inescrupulosos evitan tributar cada año. No es cuestión de cobrar más, sino de ser austeros y evitar el despilfarro - o la corrupción- , pero este es otro tema y es de nunca acabar.

Pero esto no es únicamente misión del Estado, acá entramos todos los ticos. Porque cada uno de nosotros es el que decide si evade los impuestos -cosa tremendamente sencilla en nuestra querida tiquicia- o los paga como buen ciudadano que contribuye al progreso del país.

La cuestión de los impuestos no es algo que se tome a la ligera y un cambio es necesario para llevar a buen término muchos proyectos de interés social que benefician a los que más lo necesitan; pero de ahí a suprimir exenciones de impuestos sin ton ni son y aumentar algunos impuestos que claramente afectarán a los más desprotegidos hay un abismo. Como costarricense estoy dispuesto a pagar -es un deber inherente a cada ciudadano-, pero me niego a hacerlo si sé que hay otros con mayor poderío económico que se frotan las manos.
¡Solo esto me faltaba!