Laura Chinchilla Miranda se convierte este 7 de febrero en la primera mujer cabeza de Estado de nuestro país y con ello se abren miles de interrogantes en mi cabeza, interrogantes que se suman a otras tantas que ya rondaban por mi mente.
Recuerdo que hace poco menos de un año tenía una charla con una profesora del Centro de Estudios Generales de la UNA sobre la conveniencia o no de un gobierno de la verdiblanca.
En su contra sobraban los argumentos y a su favor escaseaban las ideas, pero llegamos a la conclusión de que con su discurso inexistente, poca personalidad y falta de coherencia doña Laura no era más que un títere mal intencionado, manejado por los Arias y propiciador del continuismo.
Hoy vemos como analistas expresan que la señora Chinchilla ha ganado por miles de mujeres que le dieron su voto , simplemente para tener el "honor"de ser gobernadas por una mujer, sin contemplar lo que esta decisión le hacía al país y sin detenerse -siquiera por un minuto- a pensar y utilizar la razón en lugar del corazón.
Ana Lucía Rincón, profesora de el Centro de Estudios Generales ( y feminista empedernida ) coincidía conmigo en que no nos servía de nada tener a la primera mujer presidenta si esta estaba allí por mera politiquería , por jugarretas de poder, por gente desinformada o que se deja llevar por las masas y por otras razones que de mencionar harían de este post una demasiado extenso.
Por ello queda la reflexión en el aire.... ¿Debemos estar orgullosos de nuestra pionera? ...¿ o deberíamos avergonzarnos por haber elegido a la ligera a doña Laura? A mi parecer...solo el tiempo dirá que tan equivocados estábamos y cual de estas dos preguntas será respondida.
Recuerdo que hace poco menos de un año tenía una charla con una profesora del Centro de Estudios Generales de la UNA sobre la conveniencia o no de un gobierno de la verdiblanca.
En su contra sobraban los argumentos y a su favor escaseaban las ideas, pero llegamos a la conclusión de que con su discurso inexistente, poca personalidad y falta de coherencia doña Laura no era más que un títere mal intencionado, manejado por los Arias y propiciador del continuismo.
Hoy vemos como analistas expresan que la señora Chinchilla ha ganado por miles de mujeres que le dieron su voto , simplemente para tener el "honor"de ser gobernadas por una mujer, sin contemplar lo que esta decisión le hacía al país y sin detenerse -siquiera por un minuto- a pensar y utilizar la razón en lugar del corazón.
Ana Lucía Rincón, profesora de el Centro de Estudios Generales ( y feminista empedernida ) coincidía conmigo en que no nos servía de nada tener a la primera mujer presidenta si esta estaba allí por mera politiquería , por jugarretas de poder, por gente desinformada o que se deja llevar por las masas y por otras razones que de mencionar harían de este post una demasiado extenso.
Por ello queda la reflexión en el aire.... ¿Debemos estar orgullosos de nuestra pionera? ...¿ o deberíamos avergonzarnos por haber elegido a la ligera a doña Laura? A mi parecer...solo el tiempo dirá que tan equivocados estábamos y cual de estas dos preguntas será respondida.